martes, 11 de octubre de 2016

Mi primer veggiversario


Hoy se cumple un año de la mejor decisión que pude haber tomado en la vida: dejar la carne. Fue un regalo de cumpleaños que me hice a mí misma y que cambió todo. Aprendí a cocinar un par de platos decentes, aprendí a ser más consciente del origen de mis alimentos, a cuestionarme ideas sobre la alimentación que tenía arraigadas como dogmas en la cabeza, a apreciar mucho más todo lo que como y la dedicación que lleva prepararlo. Aprendí a ser más considerada con otras especies y verlas como algo más que seres meramente utilitarios para la satisfacción de necesidades humanas.

Simultáneamente, y en relación con esto, vengo navegando una relación más sana y amable con mi cuerpo: tratando de aceptarlo y quererlo como es, de conocerlo, de cuidarlo y protegerlo, de verlo más como el recipiente que me contiene y menos como el defecto que tengo que corregir. Sé que no parece tener nada que ver, pero realmente nada de esto habría sido posible sin la profunda reflexión que comencé a hacer desde el momento en que decidí no volver a tocar la carne, porque empecé a cuestionar millones de cosas que antes aceptaba sin vueltas.

Así que esta fecha deja de ser el agujero negro de ansiedad por el paso del tiempo y vuelve a ser motivo de celebración, por una razón que va mucho más allá de mí. ¡Salud!