Feminismo en "Avatar: The Last Airbender"

Hay demasiado para decir sobre Avatar: The Last Airbender. Como el primer artículo que escribí al respecto se me hizo muy largo, no quise alargarlo aun más hablando sobre el feminismo presente en la serie. Encima que es una serie genial, el análisis feminista da para reflexiones interminables. Así que decidí dejar este tema para una siguiente entrega. Me demoré dos meses, pero acá está.

Las historias y perspectivas femeninas acompañan la trama de esta serie en diferentes niveles, desde los más sencillos hasta los más sofisticados. Mencionaré los que me parecieron más notorios.

Cuota de representación: como primera y evidente característica, hay numerosos personajes femeninos. Los varones no saturan ni opacan, sino que los personajes femeninos y masculinos son por igual aliados en la aventura.

Pasa exitosamente el test de Bechdel: ya saben. Hay dos o más chicas. Que hablan. Entre ellas. De algo que no sea un hombre. O sea, estos personajes no están de adorno ni fueron puestas "para cumplir". Son personajes ricos que aportan mucho peso a toda la historia.

Construcción de personajes: cada una de las mujeres de la serie tiene una personalidad diferente, con una historia única que se desarrolla plenamente. Al igual que los personajes masculinos, tienen un propósito al inicio de la serie y, al final, este propósito llega a término porque se cumple o se frustra, pero jamás queda sin ser contado.

Autonomía: estas chicas son el modelo de "mujer fuerte" al que buscan apuntar las narraciones feministas interseccionales. Son completamente autónomas, inteligentes y capaces de defenderse solas de los ataques. Esta defensa abarca tanto ataques físicos (al fin y al cabo es una serie que emplea artes marciales y que se sitúa en una persecución militar) como verbales (todas las mujeres son capaces de imponer su voz e involucrarse en situación de igualdad en las discusiones).

Emociones: no se comete el error de ir al extremo de reducir a las mujeres fuertes a un estereotipo de solamente fuertes. Además de exhibir su fuerza y autonomía físicas, nos muestran también su madurez (o inmadurez) emocional de distintas maneras. A continuación analizaré algunos casos concretos.

Katara

Desde corta edad debió asumir un rol maternal, lo que la convirtió en una chica extremadamente madura que se encargó en todo momento de velar por el bienestar, en todo sentido, de sus compañeros de aventuras. Desde preocuparse por que coman y duerman bien, hasta ofrecer un orden lógico a los pensamientos desordenados de sus pares, más inmaduros. Es la que mantiene con vida (literal y metafóricamente) al grupo, es la Hermione Granger de las Cuatro Naciones. Pero esta enorme responsabilidad le termina pesando y, pese a su gigantesca fortaleza emocional, en cierto momento tiene un quiebre que la hace ver que, a veces, también puede soltar a los demás y dejarse cuidar ella.

Toph

Sí, tal vez cae en el estereotipo de ficción del "Handicapped Badass" (persona con discapacidad que demuestra habilidades excepcionales), pero las características de Toph son una lección sobre el prejuicio. Su ceguera es solo un punto más entre los varios que llevan a otros personajes a prejuzgarla: su origen de familia noble, su corta edad, sus padres sobreprotectores, su estatura pequeña. Toph desoye todas las expectativas que tienen de ella, se obstina en su sueño y decide tomar las riendas de su vida. En el camino, tiene varias salidas de terquedad e inmadurez, que no hacen más que humanizarla y recordarnos que, por más inteligente y fuerte que sea, todavía es una niña con mucho que aprender.

Suki

Conocida por la olímpica tapada de boca que le hizo a Sokka cuando este se quejó de ser capturado por "un grupo de chicas", Suki es nada más y nada menos que UNA GUERRERA KYOSHI que no piensa escuchar macanadas de parte de nadie. Está siempre lista para defenderse y pelea firmemente por sus ideales (en especial el ideal de combatir el avance de la Nación de Fuego), pero también es una líder sensata y serena abierta al diálogo. Su relación con los protagonistas empezó con agresividad, pero tras escucharlos y ver que estaban del mismo lado, se convirtió en una gran amiga suya.

Azula

Sumamente poderosa, con entrenamiento de élite y todos los recursos de la Nación de Fuego a su disposición, es soberbia y cree firmemente en el favoritismo que le demostró siempre su padre. Las personas creídas que no tienen talento nos dan risa; pero las que se creen y, aparte, tienen un talento que ostentar, dan miedo. Como si ser la hija del Señor del Fuego Ozai no fuera suficientemente intimidante, Azula en combate es más hábil que cualquiera. El miedo que impone es el arma que usa para mantener su posición dominante sobre todos los que la rodean. Pero todo el poder, el talento y la intimidación se caen en cierto momento: las personas dominadas por Azula poco a poco se hartan de ella y se le rebelan, mostrándole que las relaciones construidas a base de miedo no son duraderas ni confiables, y enseñándole que nunca supo forjar amistades genuinas.

Mai

¡Nuestra emo favorita, Mai! Una privilegiada de la alta sociedad de la Nación de Fuego y amiga de infancia de la mismísima princesa Azula. Como hija de una alta autoridad política, su personalidad fue forjada por la represión constante de sus sentimientos y deseos, ya que la familia le exigía a toda costa mantener las apariencias. Esta represión la volvió insegura y extremadamente apática. Su inseguridad la hizo un blanco perfecto para la manipulación de Azula y su apatía una aliada genial para la pelea despiadada. Con el tiempo aprende que está bien demostrar sus sentimientos, actuar acorde a ellos y darse cuidado y compasión a sí misma.

Ty Lee

Amo, amo, AMO a este personaje. Diría que es una precursora de la conversación sobre no subestimar a las chicas alegres, dulces e hiperfemeninas. Su ingenuidad, la falta de autoestima y el hecho de que los hombres se centraran más en su belleza hicieron que Ty Lee no se diera cuenta por mucho tiempo de que estaba reprimiendo su voz propia y de que su técnica paralizante de combate era vital para los propósitos de Azula, quien la estaba manipulando. Su apariencia altamente sexualizada y asociada con la clásica "chica linda y tonta" demostró ser mucho más que eso, sin necesidad de abandonar ni su aspecto ni su alegría. Cuando vio que podía hablar por sí misma y que Azula la necesitaba más a ella que ella a Azula, Ty Lee se empoderó y nos empoderó a nosotras.

En resumen

Bueno, disculpen que este post también se haya hecho largo pero es que, pues, feminismo. ¿Para qué me invitan si ya saben cómo me pongo? Podemos ver que todos estos personajes, al igual que los masculinos, tienen un perfecto equilibrio entre la fortaleza y la debilidad. Todos ellos tienen puntos que mejorar en su desarrollo físico o emocional y los vemos creciendo episodio tras episodio. Están excelentemente construidos y no solo son una lección para escritores de ficción sobre el armado de personajes sólidos: también son una lección para cualquiera que vea la serie acerca de cómo sobreponernos a las adversidades y hacernos mejores personas.